Marty Friedman en Guadalajara – Una noche de virtuosismo total

Desde la fila para ingresar al concierto ya se respiraba la emoción. El ambiente estaba cargado de expectativa y todos sabíamos que estábamos por presenciar una noche llena de sorpresas, técnica impecable y mucha alma sobre el escenario.
Al principio parecía que habría poca asistencia, pero conforme avanzaban los minutos, la gente fue llegando en buen número, con la misma ilusión que nosotros: vivir una noche memorable.



La primera gran sorpresa fue cortesía de la talentosa banda regiomontana The Advent Equation, que ofreció una presentación sólida, llena de riffs poderosos y solos electrizantes. El bajo, preciso y envolvente, tejía una base perfecta que acompañaba a unas guitarras que no dejaban espacio al silencio. El vocalista se movía entre matices melódicos y guturales con mucha solvencia, generando una gran conexión con el público. Mención especial para el tecladista, cuyos dedos parecían flotar sobre las teclas, regalándonos pasajes que bien podrían haber arrancado un aplauso de Keith Emerson. Y el baterista… pura garra. Cada golpe parecía un rugido. Sin duda, una banda que vale la pena seguir de cerca.
Después, llegó el turno de Obesity, una de las bandas más importantes y con mayor crecimiento dentro de la escena nacional. Con solo tres integrantes, lograron llenar el escenario con su presencia. El baterista fue una máquina de precisión, el bajista entregó pura magia en cada nota, y Alfredo, con la guitarra de las cuerdas, nos llevó por un viaje técnico, poderoso y emocional a través de cada figura y solo. El público se prendió desde el primer tema, y no faltaron las cabezas agitándose y las melenas volando. Una experiencia sonora intensa y absorbente que todos deberían vivir en cada oportunidad.

Y por fin, llegó el momento más esperado de la noche: Marty Friedman. El maestro subió al escenario como lo hacen las leyendas, acompañado de su banda japonesa, y arrancó con “Deep End”, desatando la euforia total. Desde el primer acorde, la conexión fue inmediata.
A su lado, el brillante guitarrista Naoki Morioka mostró un despliegue técnico increíble; Wakazaemon (Waka), en el bajo, se robó varias miradas por su fluidez y potencia demostrando que no hay bajo que le quede grande; y el impresionante baterista Chargeee, con una energía desbordante, no sólo dominó la batería, sino también al público, incluso desde detrás en el banquillo.
El setlist fue un recorrido emocionante: “Angel”, “Kaze Ga Fuiteiru”, “Tearful Confession”, “Illumination”, “Devil Take Tomorrow”, “Elixir”, “Tsume Tsume”, “Dragon Mistress”, una inesperada y muy celebrada versión de “Amagi Goe”, y por supuesto, “Tornado of Souls”.


Pero el momento más emotivo de la noche llegó cuando Marty dedicó “For A Friend” a su gran amigo y compañero de Cacophony, Jason Becker. Fue un instante íntimo y melancólico que dejó a más de uno con los ojos vidriosos.
Virtuosismo, emoción, entrega total. Más allá de la técnica —que sobra—, lo que verdaderamente distinguió esta presentación fue la capacidad expresiva de cada nota que Marty compartió con nosotros. Un concierto inolvidable, cargado de sentimiento y perfección musical. Sin duda, una noche para el recuerdo. Marty Friedman sigue demostrando por qué es, y seguirá siendo, uno de los grandes.
Presentado por Legendcy Mx
Cobertura por Angel Simg