Anoche, el Estadio 3 de Marzo se transformó en una máquina del tiempo. Desde temprano, miles de chavorucos con sus Converse bien puestos y la playera desgastada del tour oficial de 1980 y tantos, se dieron cita para ver a los legendarios Hombres G. Y vaya que traían las pilas bien puestas: desde la primer rola, el público y la banda fueron uno. Cada canción, era coreado con esa emoción que sólo se tiene cuando vuelves a cantar los himnos de tu juventud.

David Summers y compañía salieron al escenario como si los años no hubieran pasado. Con una energía brutal, hicieron retumbar el estadio con clásicos como “Devuélveme a mi chica”, “Venezia”, “Marta tiene un marcapasos” y muchos otros hitazos que nos hicieron brincar, reír, y sí, también soltar una que otra lagrimilla melancólica.

Había parejas abrazadas cantando a todo pulmón, grupos de amigos reviviendo anécdotas de la prepa y hasta papás bailando con sus hijos adolescentes, que probablemente crecieron escuchando Hombres G gracias a las playlists familiares. El ambiente era una mezcla de fiesta y nostalgia, como si todos volviéramos a esas tardes de cassettes grabados y posters en la pared.

La banda no decepcionó: sonaron impecables, interactuaron con el público y dejaron que las voces de los fans fueran las protagonistas en canciones iconicas. Entre luces, gritos y celulares levantados, la noche cerró con un “¡Sufre, mamón!” que resonó hasta el último rincón de Zapopan.

Un boleto que valió toda la pena, dejando sonrisas de oreja a oreja, gargantas roncas pero corazones felices.

¡Gracias, Hombres G!

Txt: Aaron Reynaga
Fanny López: IG fannylopezmx | FB /fannylopezmx
Presentado por OCESA