Fito Páez cierra su gira con el amor después de 30 años a sus fans

El pasado domingo 26 de enero, el Auditorio Telmex se convirtió en un auténtico santuario del rock argentino gracias a la presentación de Fito Páez. Con una energía desbordante y una maestría musical inigualable, el rosarino nos regaló una noche inolvidable llena de clásicos y sorpresas.

Lo que más llamó la atención fue la versatilidad de Fito como director de orquesta de una banda de rock de primer nivel. Con diez músicos en escena, cada nota y cada ritmo se entrelazaban a la perfección, creando una atmósfera sonora envolvente y poderosa. Los visuales, por su parte, acompañaron a la perfección cada canción, transportándonos a diferentes universos y realzando la experiencia auditiva.

La euforia fue la protagonista indiscutible de la noche. Cada canción era un himno que el público coreaba con pasión, creando una conexión única entre el artista y sus seguidores. Sin embargo, más allá de la euforia, hubo momentos de profunda reflexión y exquisita degustación musical como la forma en que aborda los ritmos latinos en 6/8 con la pieza “Detrás Del Muro De Los Lamentos”, o su exquisita habilidad pianística en «La Verónica». Con una sensibilidad única, Fito nos deleitó con un intro al piano que nos recordó a grandes maestros como Bill Evans, Chopin y Debussy. Sus dedos danzaban sobre las teclas, creando una atmósfera de ensueño que preparó al público para una interpretación magistral de este clásico.

Fito Páez nos invitó a un viaje por la historia del rock argentino, rindiendo homenaje a sus grandes referentes como Spinetta y Charly García.

Al interpretar «A rodar mi vida» cuando la emoción se apoderó del recinto. Esta canción, con su letra tan universal y su ritmo contagioso, conectó profundamente con el público, provocando un estallido de euforia. En “Brillante sobre el mic” la gente encendió sus celulares y el Auditorio Telmex se iluminó con un mar de cálidas luces que se extendía hasta el infinito. Un océano de celulares ondeando al ritmo de la música, creando un espectáculo visual que parecía salido de un sueño.

El repertorio de la noche fue un verdadero banquete para los oídos de los fanáticos. Clásicos como «Al lado del camino» y «Mariposa Technicolor» nos transportaron a épocas pasadas y revivieron recuerdos imborrables. Sin embargo, fue con «Y dale alegría a mi corazón» cuando la emoción alcanzó su punto máximo. El público entero se unió en una sola voz para cantar a capella, creando una atmósfera mágica y conmovedora que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.

La noche culminó con una emotiva interpretación de «Y dale alegría a mi corazón». Con cada verso, el público se entregó por completo, convirtiendo el Auditorio Telmex en un inmenso coro que vibró al unísono.

El concierto de Fito Páez fue mucho más que un espectáculo musical; fue un encuentro entre un artista y su público, un momento de conexión y celebración que culminó con un cierre de gira apoteósico en nuestra ciudad

TXT: Hugo Mijangos
Fotografías por Luis Gómez Sandi «Lags» : IG lagsfotograma