Pasajes llenos de folk  e improvisación con Andrew Bird

Andrew Bird visitó el Teatro Diana el pasado 15 de Febrero compartiendo su genialidad con la audiencia tapatía. El compositor y multinstrumentista (Violin, Guitarra, silbido y voz) cautivó a la audiencia del Teatro Diana con su musicalidad y maestría durante un concierto que duró casi hora y media.

Junto a él tocaron dos músicos maravillosos:
Alan Shampton: Bajo eléctrico, contrabajo, guitarra acústica y coros
Ted Poor: Batería y coros

El formato de trio nos llevó por pasajes llenos de Folk con improvisaciones que se nutrían de distintos lenguajes que fluían entre: Jazz, Blues, Folk y Fusion cuyas melodías fueron emitidas por su voz, silbidos, y violin. La banda cuyo interplay denotaba años de trabajo, buena camaradería musical y un nivel artístico excelso dejó atónita a la audiencia en repetidas ocasiones.

Abriendo con “Mormon House Party”, Andrew Bird usó la técnica de Live Looping para crear capas y atraparnos con un sonido enigmático (característico de la canción) que gracias a las capas de loops hipnotizantes, lo convirtió en un momento muy atinado para abrir el concierto.

La melodía de “Underlands”, tocada por el violín y cantada por la voz, se fusionó en un solo elemento que junto con el acompañamiento de la batería y el bajo detonó en un groove espectacular que provocó que todos movieran la cabeza al mismo tiempo en el teatro.

“Atomized” demostró el gran nivel de improvisación de Andrew Bird en el violín y la calidad excelsa del ensamble que puede rondar en múltiples estilos, entre ellos: el latin, interpretado de una manera majestuosa por la base rítmica de Alan Shampton y Ted Poor.

“Inside Problems” fue un momento lleno de nostalgia y de magia que le sacó a más de uno un suspiro, incluso una lágrima. ¡Uno de los momentos más melancólicos y nostálgicos de la noche sin duda alguna!

Canciones como “Manifest” y “Sisyphus” poseen melodías hermosas que llenaron de alegría al teatro, mismas que sumadas al sonido exquisito del baterista Ted Poor, al contrabajo de Alan Shampton y la acústica del Teatro Diana, hicieron que la música se convirtiera en un solo elemento que resonó de manera maravillosa en el recinto.

“Pulaski at Night” es un ejemplo de la singularidad compositiva del músico estadounidense, labra sus canciones desde escenarios que no imaginas que cambiarán, por lo que te llevan de la mano hacia sorpresas que se viven intensamente en vivo. ¡Vale la pena asistir a sus conciertos!

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la interpretación de “Bésame Mucho” de Consuelo Velázquez, debido a que supo ganarse al público mexicano con esta icónica pieza pidiendo que corearan la parte B de la canción.

También sonó “Caravan” de Duke Ellington, pieza que nutrió al repertorio con una versión que fue realmente distinta a las que escuchamos en recintos de jazz.

“Never Fall Apart” son su sonido acústico y crudo exquisito anticipó el cierre de la noche que cerró con “Capsized” del álbum Are you serious? (2016) una pieza ideal para dicha función, ya que genera una atmósfera de euforia y entusiasmo. El público se despidió del show eufórico y con ganas de más con un aire de satisfacción generalizado.

Sin duda este espectáculo nos dejó con la boca abierta en más de una ocasión con tanta genialidad artística que tocó fibras muy sensibles gracias a la intensidad de sus letras, la calidad increíble de las melodías interpretadas la voz, el violín y silbidos angelicales y la base rítmica perfecta en cada canción.

TXT: Hugo Mijangos
Fotografías por Fanny López: IG fannylopezmx | FB /fannylopezmx